La ética, también llamada filosofía moral, es la disciplina relacionada con lo que es moralmente bueno y malo, y lo que es moralmente correcto e incorrecto. El término también se aplica a cualquier sistema o teoría sobre los valores o principios morales.
¿Cómo deberíamos vivir? ¿Debemos aspirar a la felicidad o al conocimiento, a la virtud o a la creación de objetos hermosos? Si elegimos la felicidad, ¿será nuestra o la felicidad de todos? Y qué decir de las preguntas más concretas que enfrentamos: ¿es correcto ser deshonesto en una buena causa? ¿Podemos justificar vivir en la opulencia mientras en otras partes del mundo la gente se muere de hambre? ¿Se justifica la guerra en los casos en que es probable que personas inocentes sean asesinadas? ¿Está mal clonar a un ser humano, o destruir embriones humanos en la investigación médica? ¿Cuáles son nuestras obligaciones, si las hay, con las generaciones de humanos que vendrán después de nosotros y con los animales no humanos con quienes compartimos el planeta?
La ética se ocupa de tales preguntas en todos los niveles. Su tema son las cuestiones fundamentales de la toma de decisiones prácticas, y sus principales preocupaciones incluyen la naturaleza de los valores últimos y los estándares que permiten juzgar las acciones humanas como correctas o incorrectas.
Los términos ética y moral están estrechamente relacionados. Actualmente es común referirse a juicios éticos o principios éticos donde hubiera sido más exacto hablar de juicios morales o principios morales. Estas aplicaciones son una extensión del significado de la ética. En un uso anterior, el término no se refería a la moralidad en sí misma sino al campo de estudio, o rama de investigación, que tiene a la moral como tema. En este último sentido, la ética es equivalente a la filosofía moral.
Aunque la ética siempre ha sido vista como una rama de la filosofía, su naturaleza práctica omniabarcadora la vincula con muchas otras áreas de estudio, incluyendo antropología, biología, economía, historia, política, sociología y teología. Sin embargo, la ética sigue siendo distinta de ellas porque no trata sólo cuestiones de conocimiento fáctico, como las ciencias y otras ramas de la investigación. Tiene más bien que ver con la determinación de la naturaleza de las teorías normativas, y la aplicación de tales conjuntos de principios a problemas morales prácticos.
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